Esta semana hablaré de algo sobre lo que muchos de ustedes me han preguntado: claves, secretos, consejos tanto en el entrenamiento como en competición en pruebas de velocidad.
En mi opinión, la primera clave, tanto en entrenamiento como en competición, en pruebas de velocidad es la búsqueda de sensaciones. Con búsqueda de sensaciones me refiero tanto al trabajo psicológico -control de la activación, trabajo de visualización de lo que sería tu carrera perfecta…- como al trabajo físico -búsqueda de la soltura en carrera (cualquier agarrotamiento provoca un sobresfuerzo y disminuye el rendimiento), de la sensación en cada fase de la carrera que has entrenado y visualizado que debes tener…-. Esas sensaciones son el primer “feedback” que un atleta obtiene de cualquier entrenamiento o competición, y son una herramienta fundamental en el trabajo diario con el entrenador cuando se quiere conseguir un alto rendimiento.
En segundo lugar destacaría la preparación. Y preguntaréis: ¿es más importante para ti la búsqueda de sensaciones que la preparación? En muchos casos, según mi punto de vista, el resultado final de una competición -entendiendo que hablamos de alto rendimiento y que todos los atletas presentes en la competición son profesionales y están preparados como tales- viene determinado en la misma e incluso en mayor medida por la capacidad de conseguir las sensaciones físicas y psicológicas de competición que por la preparación, aunque esta preparación es básica para conseguir las sensaciones óptimas y para saber gestionarlas e interpretarlas de manera adecuada. Pero, asumiendo que la preparación se da por sentada en el alto nivel, considero más importante en el momento de la competición la capacidad de encontrar las sensaciones óptimas que las diferencias que pueda haber en cuanto a preparación entre los participantes.
La tercera clave, para mí, es la confianza. Confianza en ti mismo y, por supuesto, confianza en tu equipo de trabajo -entrenador, médico, fisioterapeuta…-. En un ámbito tan exigente como el deporte de alto nivel, donde tan sólo unas centésimas de segundo separan al ganador del resto, la confianza es básica. Confiar en el trabajo realizado, en ser capaz de conseguir sacar lo mejor de uno mismo en el momento justo. Confiar, al fin y al cabo, en que el camino recorrido va a marcar de manera decisiva el resultado final.
Todas estas claves, y otras muchas, son decisivas en el resultado final en atletismo y otros muchos deportes. Pero, por encima de todo, lo que creo que marca la diferencia entre los buenos deportistas y los mejores es la capacidad de conocerse a uno mismo: saber dónde está tu meta y cómo llegar a ella, saber cuáles son tus puntos fuertes -para aprovecharlos- y tus puntos débiles -para trabajarlos-, conocer tus límites para así poder desafiarlos, dominar todos los aspectos de tu vida. En definitiva, ser capaz de conocerte, corregirte, cambiarte con el único fin de conseguir día a día, experiencia a experiencia, entrenamiento a entrenamiento, competición a competición mejorarte y, de esta manera, intentar ser cada día la mejor versión de ti mismo.