«El futuro del deporte» Un deportista debe ser una persona completa antes que un portento físico, ya que el físico siempre se está a tiempo de trabajar, pero en edades tempranas es cuando se forma y se forja la personalidad y el futuro de las personas.

Los Juegos Olímpicos ya han terminado, ahora empiezan los Juegos Paralímpicos, donde los mejores deportistas del mundo con discapacidad brindarán al mundo el mejor espectáculo que se puede disfrutar. Pero, un año más y al llegar septiembre, millones de personas empiezan el curso deportivo en sus respectivas escuelas deportivas, asociaciones, clubs o centros deportivos.

 

Ellos son el deporte, cada uno de esos niños, jóvenes y adultos que día tras día hacen, con su esfuerzo, grande el deporte. En cualquier rincón de cualquier lugar, desde el pueblo más pequeño a la ciudad más grande, en cualquier sitio se respira deporte.

 

Pero hoy me centraré en los más pequeños, en los niños. En esos pequeños deportistas que no tienen aún el foco mediático, pero que se empapan de los deportistas que son referencia en la actualidad para intentar ser la mejor versión de ellos mismos e intentar imitar a sus ídolos. Ellos lo darán todo durante cada entrenamiento y cada competición, pero, ¿tienen las condiciones suficientes para llegar a la élite mundial?

 

Para empezar, en la mayoría de deportes desgraciadamente la base está olvidada. La situación económica, acompañada por una gestión que en muchos casos deja mucho que desear, hace que en la mayoría de los deportes la tecnificación y la base no dispongan prácticamente de presupuesto, ya que todo se destina al alto nivel, un alto nivel que también vive asfixiado por la falta de recursos económicos.

 

Por otro lado, la calidad de los entrenadores y monitores, en mi opinión, es cada vez peor. Cada vez se exigen más títulos, más formación, pero curiosamente el nivel es cada vez más bajo. Y digo que el nivel es más bajo porque, por ejemplo, en muy poquísimos casos se trabajan aspectos como el psicológico o el emocional en la formación deportiva de los niños, aspectos que son fundamentales en la élite y, sobre todo, a esta edad a la que en su grandísima mayoría no se dedicarán profesionalmente al deporte.

 

Hemos olvidado la formación integral de los deportistas, para centrarnos en una preparación casi exclusivamente física de nuestras bases. Esto supone, en mi opinión, un error gravísimo, ya que creo firmemente que un deportista debe ser una persona completa antes que un portento físico, ya que el físico siempre se está a tiempo de trabajar, pero en edades tempranas es cuando se forma y se forja la personalidad y el futuro de las personas, y creo que el entrenador de los niños debería ser un elemento que contribuyera decisivamente en la formación  como persona del deportista.

 

Una vez citada la necesidad de mejorar en recursos económicos y en calidad de los formadores en deporte, otro de los aspectos importantes es el trabajo con los padres. Concienciar de que presionar al niño no es el mejor camino hacia el éxito, concienciar de que las competiciones en la base forman parte del proceso de formación, eliminar los insultos a rivales y árbitros, las peleas y todo lo que ensucia al deporte. Concienciarlos de que sus hijos son el futuro del deporte.

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