Cuando estamos acostumbrados a perder, al final, solo queda sacar el lado bueno de las cosas y entonces te paras a pensar y piensas que en el fondo cuando pierdes solo ganas. ¿Qué ganas? Ganas el esfuerzo, el interés y las ganas de volver a empezar y darte una segunda oportunidad a ti mismo. Pero cuanto más interés y más ganas te dan de volver a hacerlo es cuando no estás solo y tienes a tu alrededor personas que están compartiendo el mismo momento que tú y te animan a seguir, a no rendirte y a seguir luchando por tus sueños.
Para mí, el partido de nuestras vidas es el interés y el esfuerzo que conlleva todo en esta vida, como por ejemplo, el deporte, en especial el que yo llevo practicando 5 años.
Ganar o perder en un deporte de equipo es algo muy importante, sobre todo en voleibol, un deporte donde dos equipos se enfrentan sobre un terreno de juego liso separados por una red central, tratando de pasar el balón por encima de la red hacia el suelo del campo contrario, ya que cada punto que se gane o se pierda conlleva sacrificio y esfuerzo, tanto como venirse abajo y fracasar. A veces, no solo hay que ganar. En un deporte como este, cuando un partido se juega como se ha entrenado, el mérito ya está hecho.
En un equipo de voleibol lo que más se valora no es el simple hecho de ganar o perder, es demostrar el interés, el esfuerzo y sobre todo el trabajo en equipo.
Las españolas de voleibol femenino de las olimpiadas de Londres 2012, afirman que esa fue la mejor experiencia que vivieron en sus vidas, a pesar de no ganar grandes títulos, tuvieron la gran recompensa de poder disfrutar como equipo.
En mi opinión y desde mi punto de vista de lo que he vivido yo como jugadora de este deporte, considero que ganar es importante porque muestras el esfuerzo de cada entrenamiento, pero cuando pierdes luchando y disfrutando del deporte, también ganas.