Para mí soñar es parecido a leer un libro, te imaginas con todo detalle lo que puede pasar. Al menos yo lo veo de esta forma.
Todos hemos tenido un sueño alguna vez; unos sueñan con cosas que pueden que parezcan imposibles, otros con la pareja perfecta, otros con las metas que les gustaría alcanzar. Pero lo que no todos saben es que los sueños pueden cumplirse, y que depende de nosotros mismos que se cumplan o no. Seamos quienes seamos, todos tenemos muchos sueños y metas que después de haberlos realizado, cambiamos por otros sueños mejores.
De pequeña soñaba con el día en el que me convirtiese en veterinaria. Pero con el tiempo empezó a interesarme otras cosas y me olvidé de ese sueño. Y llegó la tecnología a mi vida. Empecé a preguntarme cómo funciona un smartphone o cómo puedo comunicarme sólo con pulsar un botón… Y ahora que soy adolescente estoy intentando luchar y esforzarme para conseguir mi meta, ser ingeniera de telecomunicaciones y así poder trabajar en algo que me gusta. Pero, ¿por qué digo meta y no sueño? Para mí un sueño no es un proyecto de futuro, sino algo que me gustaría hacer antes de morir.
Un sueño hecho realidad para mí sería pisar Australia, y te preguntarás por qué; pero no todo tiene que tener un por qué. Ir a Australia es un sueño que me llama desde dentro. Dentro de mí hay algo que me dice que debo ir a Australia, que me va a encantar… No tiene explicación lógica. Tal y como he dicho antes, que se cumpla sólo depende de mí y de nadie más. Y aunque parezca la mayor estupidez del mundo para algunos, para mí sería una gran aventura.
No sé si llegaré a ver mis metas y sueños cumplidos, lo que sí sé es que haré todo lo posible para hacerlos realidad.
María G. – CEIPS Sagrado Corazón