«Un futuro de ilusión»: Este país, o una parte importante de él, ha perdido los principios, los valores, la moral y la ética y se ha instaurado una cultura del “ todo vale” que en los últimos años nos ha estallado en la cara
España está a la deriva. Hemos perdido el rumbo en todos los ámbitos y aspectos.
Hemos perdido, olvidado e ignorado muchas de las cosas por las que nuestros antepasados lucharon, y otras tantas que nuestro país fue consiguiendo y en los últimos años nos hemos cargado.
Este país, o una parte importante de él, ha perdido los principios, los valores, la moral y la ética y se ha instaurado una cultura del “ todo vale” que en los últimos años nos ha estallado en la cara, provocando una crisis -no solo económica, sino también educativa e institucional, entre otros ámbitos- que ha dejado al descubierto todas las vergüenzas que la bonanza económica tapaba en España.
Mucha gente se pregunta: ¿Son los políticos corruptos? ¿Son muchos de los grandes empresarios corruptos y ladrones? Yo honestamente opino que son las consecuencias del «todo vale» instaurado en España en las últimas décadas. Un” todo vale” que ha ido desde la política, hasta la especulación inmobiliaria, pasando por la empresa y llegando a prácticamente todos los ámbitos de nuestra sociedad. Un «todo vale» que permitía -con el beneplácito de todos nosotros, que nos veíamos con una solvencia económica impresionante- que se fuese gestando todo lo que ahora ha explotado. Y esa explosión no solo se ha llevado por delante millones de empleos, y ha provocado los daños económicos y laborales que todos conocemos, ha llegado incluso a dejar a gente sin su hogar.
En mi opinión, la mayor consecuencia de esta crisis es la falta de motivación e ilusión que ha dejado en muchos de nuestros jóvenes. El miedo a ver comprometido su futuro, que está provocando que muchos de nuestros jóvenes más talentosos se estén viendo obligados a emigrar.
Y ahora, ¿cómo afecta esto al deporte? Pues bien, esta explosión en nuestro país ha agrietado el deporte. Ha hecho intensamente más grande la diferencia entre el fútbol y el resto de deportes, ha provocado que muchas federaciones nacionales hayan tenido que comprometer sus categorías inferiores y su base para poder seguir manteniendo el alto nivel, y que muchas instituciones públicas hayan congelado durante años las ayudas al deporte escolar y deporte universitario.
España explotó, y ahora se están empezando a depurar responsabilidades de esa explosión, investigando a todos aquellos que han cometido ilegalidades y han contribuido a la potencia de esa explosión. Pero ha llegado el momento de construir nuestro futuro. Un futuro basado en el talento, en el trabajo y en el éxito que hemos demostrado los españoles tener en muchos ámbitos a nivel internacional. Un futuro que debería basarse en cambios radicales en la educación y en la gestión de numerosas instituciones.
Un futuro que el deporte está obligado a construir, a fomentar y a trabajar. Un futuro para seguir siendo referentes mundiales. Un futuro que, si se trabaja correctamente, será un futuro de éxito. Un futuro, sobre todo, de ilusión…