Y así es, España tiene como uno de los puntos más fuertes el deporte; últimamente muchos de los deportistas españoles han conseguido varias medallas, desde competiciones regionales o municipales de menos valor, hasta competiciones mundiales o europeas, como pueden ser Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 o cualquier otra, en la cual hemos conseguido medallas debido a su esfuerzo y valentía en diversos deportes como el fútbol, el baloncesto, la natación, el patinaje sobre hielo, el motociclismo, el bádminton y el atletismo.
A todos ellos no les caen del cielo las recompensas, en su caso las victorias; ellos y cualquier otro deportista de élite tienen que esforzarse y poner todo su empeño para enfrentarse a competiciones tan difíciles como ésta.
Por eso, muchos de los deportistas españoles colaboran en centros educativos y universidades, dando charlas sobre la importancia y la potenciación del deporte. Debe ser igual en las empresas: ¿ por qué no defender sus propios argumentos y potenciarlos con la gran ayuda de un deportista y fomentando así el deporte a su vez? ¡Eso es mejor que mejor! Así se beneficia tanto al deportista como al deporte, tanto a la empresa como al trabajador, al espectador y por tanto al seguidor.
Si ellos, los deportistas, confían en nosotros, dándolo todo por su país y por su deporte, nosotros debemos darles su recompensa patrocinándolos o abriéndoles las puertas de los centros educativos para inculcar en todos, desde pequeños a mayores la importancia del deporte y no solo el deporte, sino el deporte español, que es lo esencial de nuestro país.