Al igual que Lorenzo Albaladejo en su artículo “El partido de nuestra vida” , pienso que la unión en estos momentos es muy importante.
Ese acto terrorista fue uno de los primeros, pero por desgracia no el último.
Aún recuerdo esa noche, estaba con toda mi familia viendo “Don Juan Tenorio” y casi al final de la representación mi padre miró el móvil; fue entonces donde nos dimos cuenta de que tal masacre estaba ocurriendo a no mucha distancia de nosotros. Al salir de la obra nadie hablaba de lo bien que lo hicieron los personajes, ni de lo bonito que era el decorado, sino que todo eran caras largas que cada poco tiempo iban diciendo números cada vez más grandes, el número de muertes de aquella terrible noche.
La situación tampoco cambió mucho al llegar a casa, daba igual qué cadena de televisión se pusiese, en todas se hablaba de lo mismo, todas contaban la misma triste realidad.
Pero todo esto nos enseñó dos grandes lecciones: la primera es que debemos ser siempre agradecidos; lo que ocurrió en aquel barrio francés podría haber ocurrido en las plazas de nuestros pueblos, o que el destino nos hubiese ubicado en Francia en aquel entonces. Y la segunda, y considero ejemplar, fue cómo el pueblo francés se levantó y volvió a su día a día en tan poco tiempo. Para ellos el dolor seguía vivo, pero sus ganas de luchar y plantarles cara era mayor; de un día para otro formaron la mejor defensa que un equipo podría tener.
Al fin y al cabo lo que buscan los terroristas es formar ambientes de temor, miedo y desconsuelo, y fue lo que los franceses no dejaron crecer, les demostraron a los terroristas que ellos eran más que eso y que seguirían en pie por todos los inocentes que aquella noche dejaron de hacerlo.
