¿Recuerdan esos puntos de Rafa Nadal en los que todos comentábamos que si es un gran campeón es porque no da una bola por perdida? ¿Recuerdan esas etapas del Tour de Francia en las que los ciclistas suben puertos durísimos a velocidades de vértigo? ¿Recuerdan algunas de esas jugadas imposibles de imitar de Maradona, Zidane, Messi o Cristiano que, unos partidos después, no sólo las imitan sino que las mejoran?

El deporte de élite, especialmente en estos últimos años, se ha relacionado de manera errónea con los lujos, con la riqueza, con los excesos en todos los sentidos. Con el Ferrari del deportista tal, o con las fiestas del deportista cuál en Las Vegas después de un combate, con contratos multimillonarios, y un largo etcétera.

Pero, muy lejos de esa idea, lo que realmente hace al deporte un fenómeno de masas y hace que sea históricamente y en la actualidad un nexo entre culturas y civilizaciones son los valores que lleva intrínsecos.

¿Quién no gritó todo lo fuerte que pudo con el gol de Iniesta que dio a España su primer Mundial? ¿Quién no ha disfrutado con cada uno de los épicos partidos que nos han regalado, por ejemplo, Rafa Nadal o Carolina Marín estos últimos años? ¿Quién no se sorprende viendo como Bolt domina de manera incontestable cada año la prueba de 100 metros lisos a nivel mundial?

¿Creen que todos los deportistas que les he nombrado dedican su tiempo a los excesos y únicamente a contar sus bienes? Les aseguro que no. TODOS estos deportistas, tengan mayores o menores ingresos, dedican cada uno de los días de sus carreras deportivas a sacar la mejor versión de sí mismos, a llevar sus cuerpos al límite, a llevar sus cabezas a donde nunca pensaron que podrían llegar. Dedican su vida a la excelencia, a demostrar en cada una de sus apariciones que ser bueno no es suficiente, que de las rentas no se vive. A demostrar lo que significa el coraje, el esfuerzo, el sacrificio, la superación y una serie de valores que, en mi opinión, son fundamentales para la sociedad actual.

Ese es el ejemplo que debería transmitirse a la sociedad de hoy en día a través del deporte. Por ello, con el trabajo y la colaboración de los directores de muchos centros educativos de Murcia, con Virginia Balsalobre – directora del CEIPS Susarte- a la cabeza, y con la ayuda de mucha gente (agradecer especialmente a Antonio Albaladejo, Álvaro Tárraga, Juanma Molina, Óscar Modrego, Javier Celdrán, Miguel Sánchez) y la colaboración especial de Alonso Gómez como Director General de Deportes, hemos decidido lanzar el proyecto “Corriendo tras la excelencia, en el deporte y en la vida”.

Esperamos poder estar a partir de Noviembre en los centros educativos de la Región transmitiendo la importancia de luchar por aquello que te apasione, de buscar el máximo rendimiento en lo que te guste. De buscar, en definitiva, que los alumnos murcianos saquen, al igual que los deportistas de élite, la mejor versión de si mismos.

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