Es tiempo de cambios, de promesas, de propuestas, de debates… Es tiempo de elecciones.

Uno de los ámbitos más importantes a tratar esta campaña electoral es la educación. Para empezar, daré algunos datos que me parecen importantes: Por un lado, según revela el último informe PISA –que indica que somos el 7º país de los 33 que forman la OCDE que más dinero gasta en educación, mientras ocupamos el puesto 27 en cuanto a resultados- la educación en España está a un nivel bajísimo a nivel internacional, lo que indica que hay un problema que debe corregirse. Y no se trata solo de colegios e institutos ya que, según podemos constatar en los ránkings internacionales, no encontramos a ninguna Universidad española entre las 200 mejores del mundo. En cambio, y para que puedan constatar que el problema es del sistema educativo, sí podemos encontrar escuelas de negocios españolas (a destacar el Instituto de Empresa, IESE y ESADE)  entre las mejores a nivel mundial.

Una vez detectado el problema, empecemos a buscar soluciones. Uno de los principales problemas de nuestro sistema educativo es que hemos olvidado la “educación” para centrarnos en la “formación”. Esto ha provocado que vivamos en una sociedad donde las personas con titulación universitaria crecen año a año, al mismo tiempo que cada vez somos menos capaces de mantener el turno de palabra en un debate, de saludar al entrar en un lugar donde hay gente o de respetar opiniones diferentes a la nuestra. Hemos creado una cultura de “titulitis” en la que da la impresión de que si no tienes formación universitaria estás condenado a nivel laboral, mientras los profesores universitarios más prestigiosos exponen la alarmante caída del nivel en nuestras Universidades, y los niveles de paro en muchas profesiones en las que antes no lo había muestran una tendencia que debe cambiar de inmediato. Si la oferta de una profesión es potencialmente superior a la demanda de trabajo de la misma, el resultado final es que una gran cantidad de esas personas tituladas no tendrán empleo en el sector donde se han formado.

En cuanto a la solución para recuperar la educación y mejorar la formación en el sector educativo, creo que es fundamental que se tenga en cuenta al deporte y todo lo que el deporte representa. El deporte es saber dónde está tu límite, pero también intentar superarlo, el deporte es saber que tu objetivo es ser mejor cada día, pero no serlo a cualquier precio, el deporte es saber que tu objetivo es buscar la excelencia, es batirte a ti mismo para así poder batir a tus rivales. El deporte es cultura y multiculturalidad, es respeto a tu equipo, a tus rivales, a los jueces y a la gente que te ve desde fuera. El deporte es universalidad –da igual tu país, tu raza, tu ideología política o religiosa y tu capacidad económica. El juez da la salida y gana quien llegue primero-. El deporte es sacrificio, es una lucha constante, es superación, es un esfuerzo diario por ser la mejor versión de ti mismo. Y, siendo todo eso, el deporte español es éxito. Es éxito tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.

Construyamos un nuevo sistema educativo basado en la educación y no en los resultados. Construyamos un sistema educativo siguiendo el ejemplo del deporte. Construyamos un sistema educativo donde el éxito no lo marque quien sepa sino quien piense, quien dedique tiempo sino quien sea productivo. Construyamos un sistema educativo en el que los profesores tengan voz y voto en la elaboración del proyecto, y se reconozca de una vez por todas la importancia de tener docentes de calidad en las aulas españolas.

Construyamos nuestro futuro, construyamos nuestra educación. Construyamos nuestro éxito

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