Gracias guerreros, gracias por todo lo que habéis demostrado. Gracias por dignificar y hacer más grande al. Gracias Chapecoense.

La pasada semana una nueva tragedia sacudía el mundo del deporte: el vuelo charter 2933 de la compañía LaMia sufría un terrible accidente mientras cubría un trayecto desde Bolivia con destino a Colombia, y ha dejado la aterradora cifra de setenta y un fallecidos.

La totalidad de los pasajeros de este vuelo se dirigían a la final de la copa sudamericana, que debían disputar el Nacional de Medellín y el Chapecoense, siendo los componentes del equipo visitante, sus técnicos y los periodistas que los acompañaban las víctimas mortales.

 

En un momento tan difícil para el mundo del deporte, y del fútbol en particular que sólo se me ocurre un titular: Gracias Chape.

 

Gracias por demostrar que el dinero no lo es todo. Que con ilusión, muchísimo trabajo, unión y compañerismo una ciudad pequeña como Chapecó ha conseguido meter a su equipo en la élite del fútbol brasileño y sudamericano. Gracias por demostrarle a vuestro país, Brasil, que el vuestro es el mejor camino para hacer historia.

 

Gracias a vuestra afición y a la del Nacional, aficiones ejemplares que, siempre demostrando un respeto tremendo por las víctimas, no han cesado de manifestar su dolor y su apoyo tanto al Chapecoense como a sus técnicos y jugadores y, sobre todo, a los seres queridos de cada una de las víctimas. Habéis engrandecido un poco más el deporte, habéis demostrado al mundo del fútbol -un mundo cada vez más escaso de valores tanto dentro como fuera del terreno de juego- el camino: un camino de unión, de deportividad y, sobre todo, de respeto.

 

Gracias al Nacional, rival del Chapecoense en esta fatídica final, por su comportamiento durante todo momento, por todos y cada uno de sus mensajes y acciones, demostrando a la sociedad que un deportista lo es dentro y fuera del terreno de juego, respetando unos valores y, sobre todo, respetando a cada uno de los rivales. En este caso, un 10 para el equipo y la afición de Nacional.

 

Gracias también a los distintos clubes que han ofrecido y solicitado apoyo a todos los niveles para el Chapecoense. Habéis demostrado algo que es fundamental enseñar en la base del deporte: tu rival es rival durante la competición; acabado el momento de competir, valores como el compañerismo o la solidaridad deben formar parte de todos. Ahora es momento de ayudar al Chapecoense, de facilitarle todo el apoyo necesario para que pueda seguir en el lugar en el que se había ganado estar.

 

Instantes antes de despegar el avión, el entrenador y distintos jugadores del Chapecoense decían que se dirigían a cumplir un sueño, un sueño que acabó en una terrible pesadilla. Pero, ¿hay algo más impresionante y admirable en la vida que morir en busca de tus sueños? Murieron como héroes, murieron disfrutando, murieron riendo, murieron en el mejor momento. Murieron viviendo un sueño. Un sueño dulce con un final amargo, un sueño alucinante con el más cruel de los finales.

 

Gracias guerreros, gracias por todo lo que habéis demostrado. Gracias Chapecoense.

 

DEP

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