La lista de convocados publicada por la Federación Española de atletismo para el Campeonato de Europa de Cross, que se disputará en Italia, ha supuesto una grandísima noticia para el deporte español en general y el atletismo en particular. Una noticia que debería sentar precedente en el Consejo Superior de Deportes y en los distintos organismos nacionales e internacionales para que se legisle en favor de su aplicación: dopados fuera.

 

Los defensores del atleta que ha quedado fuera dirán que ha mostrado un gran estado de forma, que ha obtenido mejores resultados que alguno de los seleccionados en las competiciones de selección y todo lo que quieran, y en ese aspecto no les falta razón. Pero, ¿sólo eso vale para representar a España a nivel internacional? ¿Queremos transmitir a los niños que hacer trampas no tiene consecuencias más allá de un mínimo castigo? ¿Sólo con correr más que tus rivales justificas tus malas conductas dentro y fuera de la pista y crees merecer estar en la selección más que ellos?

 

Es obvio que a la selección deben ir los mejores; una de las premisas básicas del deporte es que siempre debe ganar el mejor en la competición y, partiendo de esa premisa, deben tener su plaza en la selección española los atletas en mejor estado de forma o aquellos que más opciones tengan de obtener un buen resultado en la competición que se va a disputar. Pero, ¿todo vale con tal de conseguir una medalla?

 

No es aceptable que una persona que ha engañado a compañeros y rivales, que se ha reído, a veces incluso literalmente, de deportistas, organizadores e instituciones, que ha faltado el respeto indiscriminadamente a quien le ha dado la gana y sin ningún tipo de fundamento, acuda a una competición internacional representando a nuestro país por simplemente correr más que todos. Y no es aceptable por algo tan sencillo como que todo lo que este deportista representa no queremos que sea imagen ni de nuestro atletismo, ni de nuestro deporte,  ni de nuestro país.

 

Ahora empieza un momento importante, un momento donde Raúl Chapado -nuevo presidente de la Real Federación Española de Atletismo- y todo su equipo deben encabezar una lucha fundamental: la lucha por conseguir, de una vez, un deporte limpio. Está claro que no es un camino fácil, ya que el TAS ya se postuló en contra de la iniciativa de apartar a los dopados del deporte -dejando claro una vez más que ciertos organismos internacionales siguen prefiriendo el espectáculo por encima de la limpieza-, pero es un camino en el que se cuenta con el apoyo de gran parte del mundo del deporte y de una sociedad ya cansada del «todo vale», que quiere disfrutar de una vez por todas del espectáculo deportivo sin temor a que los éxitos que hoy celebran se vean en el futuro manchados.

 

Ahora todos los estamentos deportivos -federaciones, clubs, entrenadores, deportistas…- debemos dar un paso al frente y señalar a todos los tramposos. Ha llegado la hora de limpiar el deporte.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies
Share This