Debido al gran número de consultas al respecto -y aprovecho para agradecer cada una de ellas y las muestras de aprecio que recibo cada semana-, explicaré cómo son, en mi caso, los días previos a la celebración de una gran competición internacional.

 

Generalmente, la llegada de la delegación a la ciudad que alberga la competición se produce entre uno y tres días antes de la inauguración de la misma. Antes de ésta -ya que, por motivos de reglamentación, una vez inaugurado el campeonato no se permite- siempre intento hacer al menos un entrenamiento en la pista de competición, siempre y cuando se me deje. Estos entrenamientos, más que para aportar calidad, sirven para coger sensaciones de la pista y entrar ya al cien por cien en la competición.

 

En los días previos a competir, me gusta entrenar lo justo para mantener la «chispa» -es la sensación, tanto física como psicológica, que buscamos tener los deportistas de que estamos en el momento idóneo para conseguir el máximo rendimiento-. Esos entrenamientos se componen básicamente de técnica de carrera, ejercicios explosivos y series de máxima calidad.

 

En cuanto a la alimentación, no me considero una persona obsesiva en ese tema, pero sí me gusta, especialmente cuando se acerca el momento de competir, cuidarla bastante. Intento comer pasta -que me aporta energía-, algo de carne -para aportar proteína al músculo- pero, especialmente, me suelo preocupar de la hidratación, de beber bastante líquido.

 

En lo que se refiere al descanso, en los días previos a una gran competición intento descansar lo máximo posible. En esos días me decanto por leer, escribir, ver películas, seguir alguna serie en el ordenador, y hacer cosas de ese tipo que me ayuden a estar descansado y a no pensar sólo en la competición, lo que supondría «quemarse» antes de tiempo. También me gusta bastante pasear escuchando música un par de veces al día, para no estar todo el tiempo en la habitación y evitar que las piernas se relajen en exceso.

 

Psicológicamente hablando, hay dos tipos de deportistas: los que pasan innumerables horas analizando rivales, estrategias para la competición, marcas, ritmos… y, por otra parte, aquellos que prefieren centrarse plenamente en la competición el día que se compite. Yo soy de los segundos. En mis primeras competiciones internacionales, he de reconocer que era de los que pensaba mil veces en todo, pero me di cuenta de que eso lo que hacía era cansarme mentalmente, y decidí que la mejor estrategia posible era estar descansado y buscar sensaciones durante todo momento, pero centrarse en la carrera en el día de la misma.

 

Otra de las preguntas que he recibido es si tengo alguna manía antes de las competiciones. Solo tengo dos manías: «El guerrero pacífico» y Joaquín Sabina. El guerrero pacífico es una película que me encanta, y que me hace siempre cambiar el chip y entrar en modo competición. Y Joaquin Sabina es una manía que tiene su explicación en que me encanta escuchar música, y Sabina es un cantante que desde siempre he escuchado, porque me gusta a mí y a toda mi familia, y escucharlo me relaja y me motiva.

 

Gracias nuevamente a todos los que semanalmente leéis estas líneas y a los que decidís enviarme vuestros comentarios y sugerencias.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies
Share This