Termina el Campeonato del mundo de atletismo adaptado Londres 2017. Un campeonato que se presentaba, al comenzar el año, como un reto importante: poder estar, a pesar del espectacular aumento del nivel en mis pruebas, peleando con los mejores atletas del mundo.

 

Sabíamos que, debido al difícil comienzo de temporada que había tenido, el reto iba a ser de una dificultad extraordinaria, pero decidimos asumirlo. Unos meses de entrenamiento espectacular precedieron a este campeonato.

 

La competición, con una organización jamás vista en ningún otro país del mundo que no fuese Reino Unido en un evento de atletismo adaptado y con una respuesta increíble por parte del público inglés, empezaba con un fuerte revés. La primera de las pruebas en las que participé, los 200 metros lisos, terminarían para mí con un malísimo sabor de boca. Fue quizás el peor 200 del año, con errores técnicos graves y con unas sensaciones pésimas. El resultado final en esta prueba sería un 10º puesto mundial que sabía a demasiado poco, ya que estaba para hacer mucho más.

 

Tras la decepción del 200 llegaba la prueba más importante para mí, los 100 metros. Esta prueba llegaba precedida de unos entrenamientos espectaculares, que hacían presagiar una marca en la prueba en torno a mi propio récord de España -11”79 segundos- si la carrera se desarrollaba sin incidencias.

 

La prueba se desarrolló con un fuerte viento en contra -que provocó que las marcas estuvieran por debajo del nivel esperado- pero la carrera, en mi caso, fue bastante buena. Una salida jamás hecha hasta ahora en una competición me colocaba en el primer puesto a los 20 metros de carrera. En la fase de aceleración un error técnico me impediría sacar todo mi potencial, pero aún así las sensaciones seguían siendo tremendamente positivas. En la parte final de carrera echaría de menos la velocidad no alcanzada por el error técnico en la fase de aceleración, pero aún así completaría una carrera más que destacable. El resultado final fue un 10º puesto mundial con una marca de  12”02 con 1,6 m/s de viento en contra.

 

Con la mejoría en cuanto a resultados del 100 en la competición llegaría la prueba de 400 metros, una prueba que esta temporada no he entrenado nada pero que, debido a que era la última y a lo atractivo que resulta correrla, decidimos que correríamos para cerrar el mundial.

 

Atendiendo a las marcas de los inscritos, sabíamos que estábamos en disposición de luchar por los puestos del 6º al 9º. Esta prueba se presentaba con el aliciente que, al ser una prueba incluida en el calendario de los Juegos Paralimpicos de Tokio 2020, daba derecho a becas en función del resultado, lo que conllevaba que, en caso de ser 6º, tendría el doble premio de conseguir los beneficios que conlleva formar parte del plan ADOP. Conociendo estos datos, decidimos plantear una carrera inteligente, controlando a los rivales con los que lucharía por esa 6ª plaza y guardando fuerzas para poder usarlas en caso de necesitarlo en los últimos metros. La carrera se desarrolló en unas condiciones climáticas totalmente adversas, pero finalmente conseguí un 6º puesto que sabía a oro, y que me permitía terminar el campeonato entre los 10 primeros atletas del mundo en las tres pruebas en las que he participado.

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